¡Hola torrenateros!
Os traemos un nuevo post sobre un nutriente esencial para la vida, la vitamina C o ácido ascórbico. Se encuentra dentro del grupo de las vitaminas hidrosolubles, aquéllas que se disuelven en el agua. No están almacenadas en el cuerpo y son expulsadas por nuestro organismo a través de la orina, aunque nuestro cuerpo retiene una pequeña reserva de ella. Esto, y que el organismo no puede fabricar por sí sólo la vitamina C, hace necesario obtenerla de fuentes externas.
Es un nutriente esencial para el crecimiento y desarrollo normales del ser humano, que la necesita para formar los vasos sanguíneos, cartílagos, músculos y colágenos.
Entre los beneficios reconocidos de la Vitamina C, citaremos los siguientes:
– Es uno de los antioxidantes por excelencia
– Contribuye al funcionamiento normal del sistema nervioso
– Favorece la cicatrización
– Contribuye a la formación de colágeno, dientes, encías y piel sanos
– Ayuda a la absorción del hierro
– Retrasa la degeneración macular
– De todas sus propiedades, quizás la más valorada y conocida es que contribuye al equilibrio del sistema inmunitario. Es muy importante destacar que la Vitamina C no es un antigripal ni un anticatarral, sino que es su acción como refuerzo del sistema inmunitario lo que permite a nuestro organismo defenderse de manera adecuada a los ataques de virus. Permite, por ello, que los síntomas sean más leves y el cuadro más suave.
¿De dónde podemos obtener Vitamina C?
Principalmente, podemos disponer en nuestro organismo de niveles adecuados y suficientes de ella a través de la alimentación equilibrada, ya que habitualmente ingerimos alimentos ricos en este nutriente, a saber:
Todos los cítricos son ricos en Vitamina C: naranja, mandarina, pomelo, lima, limón
Otras muchas frutas también nos aportan suficiente cantidad como el Kiwi, mango, papaya, piña natural, fresas, frambuesas, moras, arándanos, melón y sandía.
Asimismo, encontramos grandes dosis de vitamina C en hortalizas como col, repollo, coliflor, coles de Bruselas, berza, calabacín y pimiento.
Debido a la gran cantidad de alimentos ricos en Vitamina C, en principio, no sería necesario obtenerla a través de ningún complemento alimenticio. No obstante, hay ocasiones y épocas del año en las que es necesario un aporte extra a través de suplementos.
Hay que tener en cuenta que el exceso ingesta de Vitamina C tampoco es bueno para nuestro organismo, por lo que es muy importante contar siempre con la aprobación de nuestro médico a la hora de recurrir a complementos vitamínicos. Aunque es difícil, sí es posible excedernos en las dosis recomendadas (aproximadamente unos 2.000 mg/día se considera el límite máximo) y puede provocar reacciones tales como:
• Diarrea
• Náuseas
• Vómitos
• Acidez estomacal
• Cólicos
• Dolor de cabeza
• Insomnio
Esperamos que os haya gustado, resultado útil y que os cuidéis mucho, naturalmente.
Gracias y hasta pronto!!
